Notoria fue la diferencia entre el gasolero y el canario el pasado viernes, en un día casi tan impredescible como este Flandria. El conjunto de Julio Apariente venía de ganar 3-0 y llegaba envalentonado al encuentro ante Temperley con la idea de conseguir, por primera vez en el campeonato, dos victoria consecutivas. Pero todo se desvaneció en el primer tiempo. Flandria jugó su peor partido, principalmente en los primeros 45 minutos, donde Temperley, por intermedio de Luis López en dos oportunidades, pero desperdició, al menos, media docena de chances muy claras. Desde el comienzo del partido se notaba que López estaba incisivo y que iba a amargar a Flandria en cualquier momento, Ursino era un problema sin solución por el sector izquierdo del ataque de Temperley, ganandole constantemente la espalda a Alejandro González y complicando a Walter Díaz. Rotondo estaba perdido en el campo; Lucho González no tomaba contacto con la pelota; De Porras y Montenegro se veían allá, a lo lejos, y no les quedaba otra opción que bajar, al no recibir abastecimiento; Vicente coronó un primer tiempo sin intervenciones cuando regaló la pelota dentro del área para que López establezca el 1-0; Passarelli fue, dentro de todo, lo más firme; pero su compañero de zaga, Montero, no daba seguridad, tanto es así, que en el segundo gol del local, se durmió y cuando quiso rechazar de cabeza, López ya había puesto el 2-0. Así las cosas, lo mejor que le podía pasar a Flandria, era que el primer tiempo finalizara sólo 2-0, cosa que finalmente ocurrió. En la segunda etapa, como era de esperar, Temperley bajó un cambio y empezó a hacer circular la pelota sin arriesgar demasiado. A Flandria le costaba horrores llegar al arco defendido por Crivelli, pese a que De Porras y Montenegro, con las pocas pelotas que les llegaron, siempre eran una preocupación para la defensa local. Pero en el primer ataque a fondo del gasolero en el segundo tiempo, Bustos Montoya metió un cabezazo perfecto para poner las cosas 3-0 y, practicamente, sentenciar el partido. El gol de Cigno, cuando todavía faltaban más de 15 minutos para el final, sólo hizo que Temperley se pare decididamente de contraataque, por lo que Flandria sufrió en varias ocasiones cuando quedaba descompensado en el fondo, aunque le permitió a Flandria tener, con muy pocas ideas pero muchas ganas, un puñado de situaciones de gol, como el remate de Montenegro en el palo, el centro que Cigno se llevó por delante y Crivelli salvó sobre la línea, o el remate del mismo Cigno que pegó en el parante del palo derecho de Temperley. En síntesis, Temperley ganó más que merecidamente, y tal vez debería haberlo hecho por más goles.
Pero el fútbol siempre da revancha y este martes Flandria tiene la posibilidad, ante su gente, de reivindicarse frente a un rival directo por la permanencia, en la que el conjunto canario no está demasiado comprometido, pero no deja de ser una preocupación para todos.
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