Es lógico que cuando un equipo llega a jugar de visitante contra un rival directo en la lucha por la permanencia, con dos goles a favor y tres en contra en cinco partidos jugados y con los dos partidos del campeonato anterior como antecedente, no se aventura un partido abierto, bien jugado, con giros en el marcador; sino todo lo contrario: Un partido chato, luchado, con pocas situaciones de gol y sobre todo muy cortado, con poco tiempo neto de juego. Finalmente, eso fue lo que se dio. Y hacíamos alusión en los primeros renglones a aquellos partidos disputados entre Flandria y San Telmo en el campeonato anterior. Dos 0 a 0. Fueron un calco al cotejo que se jugó el pasado lunes en el Carlos V. Pese a que muchos esperaban un poco más por el lado de Flandria, debido a los grandes partidos que había jugado Flandria - ante Defensores de Belgrano, Morón y Acassuso, en los que claramente mereció más, pero por ciertas circunstancias solamente sacó 3 de esos 9 puntos -, pero también es cierto que al conjunto canario siempre le sienta mejor jugar contra equipos que propongan, y le cuesta demasiado cuando se enfrenta a equipos que salen a buscar solamente el empate.
El partido fue malo, eso está claro. Sobre todo en el primer tiempo, donde hubo una situación por cada bando, y las dos fueron con pelotazos desde larga distancia. El segundo tiempo lo tuvo a Flandria monopolizando la tenencia de la pelota en todo momento, y generando cuatro situaciones muy claras: El anticipo de De Porras tras un gran centro de Cigno, que exigió una buena respuesta de Gambandé, el arquero visitante; el cabezazo de Montenegro en una jugada en la que la defensa visitante dio el paso adelante demasiado tarde y lo dejó habilitado, exigiendo nuevamente al número uno vistante; el cabezazo de Pasarelli que se fue apenas afuera tras un centro de Di Forti de chilena; y el gran desborde de Galarza con un centro atrás que por centímetros no llega a empujar en contra de su valla el jugador Caldeiro. Es cierto que si bien no se jugó para nada en el nivel que lo venía haciendo, Flandria se merecía más que San Telmo, principalmente por la actitud de no bajar nunca los brazos e ir siempre a buscar el partido, mientras que el candombero apeló constantemente a hacer tiempo y demás artimanias posibles para llevarse lo que vino a buscar, que fue un punto.
En un partido tan flojo como este, podemos destacar la gran actuación de Pasarelli, que fue la figura de la cancha, la seguridad que transmitió Calabria, y la entrega de Montenegro, que por momentos se parecía al Montenegro del campeonato pasado, donde simplemente recibía pelotazos para aguantarla de espalda a los defensores rivales.
martes, 29 de septiembre de 2009
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